viernes, 30 de noviembre de 2012

Amandita


amandita

Desde que existe la Banda Oriental los portugueses han intentado quedarse con nuestro territorio. No lo lograron, pero se quedaron con nuestros estómagos y nuestra gula. No hay más que pasearse por las góndolas de chocolates en los supermercados o por las ferias vecinales para darse cuenta que casi todo el chocolate y muchas galletitas que consumimos es de producción brasileña.

Uno de los dulces brasileños que ya son una tradición en las mandíbulas de los golosos uruguayos son las Amanditas. Esas almendras de mentira que son más ricas que las verdaderas. Una fina oblea que rodea una pasta consistente y deliciosa de algo que parece chocolate y tal vez sabor a almendra (¿o será pura sugestión?) probablemente todo artificial. Todo un vicio, no hay como parar después de comerse la primera.
También se podría escribir un tratado sobre como comerlas. Los cronopios de Cortázar seguramente coman las Amanditas de uno o dos mordiscos enormes. Los famas tenemos varios métodos: comerse las obleas primero y luego el relleno es mi favorito. Pero seguro que hay más.


amandita


Yo no sé portugués, me pregunto cuál será la relación entre la palabra “amandita” y las almendras. Busqué en el diccionario y almendra parece ser “amêndoa”. De todas formas, el problema no me ha quitado el antojo de Amanditas. Creo que esa es la definición de adicción.



Consumición: 1 caja de 200gr= $ 66


Technorati Claim Token  Q93B2HCCKPHN

2 comentarios:

  1. tal vez la etimilogía venga de que la que las inventó se llamaba Amanda!

    ResponderEliminar
  2. Cierto! O tal vez tuviera una hija llamada Amanda.

    ResponderEliminar