A la gente de
habla inglesa les gusta las palabras “serendipity” y “karma”. Yo no sé si creo
en ellas pero cuando veo que el exlocal de papas fritas belgas de 21 de
setiembre y Ellauri se ha transformado en un lugar de helados de yogurt de
bajas calorías, me da como cosa.
Sin embargo,
serendipity no tuvo nada que ver con la ida a Yogo. Las altas temperaturas de
esta semana y la novelería de continuar comiendo helado de yogur (como
estuvimos haciendo en nuestro viaje) nos empujaron a probar.
El local está muy
lindo decorado y con todo lo maravilloso de estar nuevo. Se ve super limpio. El
chico que nos atendió era muy amable. Pero después cayeron algunas sorpresas no
tan agradables. Tal vez teníamos las expectativas muy altas. Fue un poquito
desilusionante encontrar que los yogos solo vienen en dos sabores: original y
maracuyá. Veníamos medio mal acostumbrados a encontrar sabores como frambuesa,
avellana, mango, pistacho, etc.en el emporio de los yogures congelados del
hemisferio norte. Así que con un poco de tristeza nos pedimos dos vasos chicos
de maracuyá.
La buena noticia
es que la salsa viene incluida en el precio del yogo chico básico. En otras
palabras, por $60 te llevás un yogo chico con salsa. Si querés toppings u otros
tamaños, empezá a sacar billetes de la billetera. El Brazo pidió salsa de ananá y yo con salsa
de frutilla.Las salsas son abundantes y muy sabrosas así que en realidad no se
necesita que el yogurt tenga un sabor especial.
El básico resultó
muy rico aunque un poco pequeño de más. Comparado con un helado chico de
heladería, es tal vez lo más chico que he visto en plaza. El lado positivo de
la ecuación es que son menos calorías.
Otra cosa
interesante, es que no solo de helado de yogurt vive la tienda. También ofrecen
café y waffles. No sé si volvería por los yogos, pero sin duda voy a volver por
un waffle con café. Stay tuned.
Consumición: 2
mini frozen yogurt con salsa ($60 c/u) =
$ 120
Yogo
21
de Setiembre 2853
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