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martes, 8 de diciembre de 2015

Colet chocolate y frutilla

Colet de chocolate y frutilla


Conaprole lo hace otra vez: se ganó mis papilas gustativas con el nuevo Colet de chocolate y frutilla.

Colet de chocolate y frutilla
No solo la cajita es primorosa, el sabor es delicioso. Me hace acordar al milkshake de chocolate que hacían en el local de Conaprole de la rambla de Trouville. Aquel milkshake se hacía con leche, helado de chocolate y granadina. Tal vez por eso este Colet de edición limitada me lo recuerda.
A no engañarse con el color. El sabor a frutilla está ahí a pesar de que se ve como el Colet común.

Además la cajita es re adorable. Y el video de presentación también. https://es-es.facebook.com/miramama/posts/10153229346621700

En fin, yo voy a ir a hacerme un stock porque según dice la preciosa cajita, es una edición limitada.
Así que apúrense. Porque se va a terminar antes de lo que Conaprole se imagina si logro comprarme un stock para todo el verano.


Colet de chocolate y frutilla



Consumición: 1 cajita chica ($29 c/u) = $ 29

Colet de Chocolate y Frutilla


Facebook
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lunes, 26 de agosto de 2013

Conaprole de Trouville

Conaprole de Pocitos

 Soy de la generación Colet. De la primera generación Colet, cuando el Colet venía en botella de vidrio. Y más rica. Y cuando la Conaprole tenía cafés en varios lugares de Montevideo: Centro, Carrasco y Pocitos. El Colet murió y reencarnó en cajitas con pajitas. Las tiendas murieron una muerte lenta y por ahora no hay Cristo que los resucite. El último velorio fue el de la sucursal de Pocitos frente a Trouville. Cerró sus puertas en el 2011 y solo quedan los recuerdos y las nostalgias. Así que para celebrar el fin de semana de la Nostalgia, me puse a escribir este post y recordar los dulces momentos que pasé en la Conaprole.

Me gustaba ir de vez en cuando a tomar la merienda a la salida del colegio. Ya se sabía que pediría: un colet con una roseta. Cuando la máquina de rosetas se rompió y ya no las hicieron más, fueron sustituidas por un yo-yo. Décadas pasaron, maduré, fui a la universidad y decir que uno iba a la Conaprole era tan vergonzoso como decir que a uno le gustaba el tango. Sin embargo, siempre me las ingenié para ir a la Conaprole de vez en cuando, y de incógnito, a tomarme un milkshake de chocolate porque el Colet también había desaparecido.

Conaprole de PocitosLuego vino mi emigración a tierras donde la gente nunca había oído hablar de la Conaprole. Cuando le decía a mis amigos latinos que el más rico era el dulce de leche Conaprole, me preguntaban “¿y qué es aprole?”. Así que cuando volví a Montevideo y la gente me preguntaba a dónde quería ir, yo contestaba “a la Conaprole”. Las miradas de horror de los montevideanos me daba la pauta de que tendría que ir sola una vez más. Y así cumplía mi peregrinación anual al templo lácteo de la rambla a tomarme mi milkshake acompañado con un yo-yo.

Mi última visita fue en el 2010. Cuando regresé a Montevideo pensé que ahora que vivía acá, tendría tiempo para ir innumerables veces. Los agujeros en los manteles, el salón vacío, y las canas en las sienes del fiel mozo que me atendió por décadas, no fueron señales suficientes para sacarme de mi negación. La Conaprole de Trouville estaba agonizando y yo no fui a despedirme de ella. Un día, sin que yo lo notara de antemano, cerraron sus puertas. Y yo quedé con mi nostalgia y una pobre foto de mi dúo favorito.

Algún día, la noche de la nostalgia, debería incluir reabrir la Conaprole. Aunque sea por una noche, y tomaré colet en sus vasos altos acompañados de cucharas altas de añejas platerías. La música es opcional. 

Conaprole de Pocitos


Última consumición: un milkshake de chocolate y un yo-yo

Conaprole de Trouville
Rambla y Solano Antuña



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viernes, 15 de febrero de 2013

Postre Viva Lemon Pie de Conaprole


Postre Viva Lemon Pie de Conaprole

Vi que mi amiga Cori recomendó el nuevo postre Viva sabor Lemon Pie en Facebook. Con razones tan poderosas había que probarlo: a Cori le creo todo, me gusta el Lemon Pie y es 0% grasa. No había más que decir, había que salir a comprarlo al almacén de la esquina.

Postre Viva Lemon Pie de Conaprole
Lo mejor de todo es que venía en paquete de 2 postres. De esa forma le podía dar uno a El Brazo porque si bien él se queja de todo el tiempo y dinero que pierdo en este blog, también se queja si no lo convido. Se me está volviendo muy uruguayo El Brazo.

Munidos de cucharas, atacamos los postres. Son verdaderamente ricos. A pesar de la propaganda de que son ácidos, no son tan ácidos. Pero tampoco son tan dulces como otros sabores de estos postres. Son muy ricos, lástima que se acaban pronto. Como toda porción de 100 calorías, no se puede esperar mucho volumen a no ser que estemos hablando de 100 calorías de lechuga. Yo me hubiera comido los dos postres sola, pero si estás a dieta, mejor que te mantengas en comerte uno solo.

Me pareció que el postre estaba lo suficientemente rico como para formar parte de un postre más elaborado, como por ejemplo, usarlo para alguna tarteleta de fruta. Si algún día me inspiro, capaz que intento algo y les cuento. Pero primero me tengo que comer un par o dos pares más para ver si se me materializa la idea. ¡Cuánto sacrificio!

¡Viva Viva Lemon Pie!

Postre Viva Lemon Pie de Conaprole


Consumición: 2 postres = $ 30

Postre Viva Lemon Pie de Conaprole

https://www.facebook.com/video/video.php?v=389044117852474


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miércoles, 6 de junio de 2012

Colet Blanco



La marca Colet de Conaprole tiene fuertes asociaciones positivas para mí. Fuente de placer infantil cuando todavía venía en botellas de vidrio. Fuente de sufrimiento infantil cuando decidieron descontinuar el Colet. Y grandes fiestas y festejos cuando volvió con su sabor achocolatado casi como el original.

Fast forward al siglo XXI y su prima el Colet Capuccino también fue aceptada en mi vida.

Así que cuando vi la cajita de Colet Blanco en la heladera del super, me avalancé. A duras penas esperé a que se enfriara un poco en la heladera de casa antes de zambullirme en su blancura. El primer sorbo fue horrible: super dulce con un retrogusto químico horroroso.

Pensé que tal vez no lo había agitado bien antes de abrir y volví a empezar. Nada, igual ese retrogusto desagradable.  Lo pasé a un vaso por si el problema era producido por la cajita. No way. Ya con lágrimas en los ojos (de tristeza y asco) me di por vencida. De todas formas, como no había más remedio que ver el vaso del todo lleno de blanco, decidí ponerle un poco de chocolate, y ahí sí, la cosa mejoró.




Tratando de hacer algo positivo de este producto, se me ocurrió después que tal vez quede bueno con helado de chocolate y algún jarabe de chocolate o café. O helado de frutilla y granadina. Como si fuera un milkshake. 

¿Para qué hice esta entrada de un producto  tan horrible? Para que ustedes no se claven también. Y para dejar por aquí sentada mi denuncia de que Conaprole ha violado la purísima marca Colet con violencia y alevosía. No se los voy a perdonar nunca. Ahora tendré que esperar que el Alzheimer me borre esta desagradable memoria que el Colet Blanco a grabado en el lóbulo goloso de mi cerebro.

Las buenas noticias son que la caja dice “Edición Limitada”  Ojalá que me haya tomado la última y me haya sacrificado por todos ustedes.

¡QEPDP  (Que En Paz Descanses Pronto) Colet Blanco!


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