Y sí, señores,
soy plancheta: plancha de mañana y cheta de tarde. A veces me pongo muy cheta y
me voy por masitas extranjerizoides y cafés mononos. Pero los domingos me voy a
Tristán Narvaja y me compro las golosinas del pueblo.
El domingo pasado
me compré 2 triángulos ($2 cada uno). Me retrotrajo a mi infancia. A las meriendas que no podían ser
meriendas si no contaba con un triángulo. A puestito de golosinas en la puerta
de la escuela. En aquellas épocas tan ocupadas, cuando los minutos de recreo
valían oro, los triángulos se comían a los puros mordiscones sin prestar mucha
atención.
Hoy, con más
tiempo en mis manos (¿de qué otra manera estaría escribiendo este blog?) me
surgen otras preguntas existenciales: ¿el triángulo será más rico si me lo como
separándolo en capitas?¿Se puede comer sin calcularle el área, base, altura,
seno, coseno de sus ángulos? ¿por qué esta golosina es un triángulo y no un
cuadrado? Y solo encontré respuesta para la última pregunta, comerse dos
triángulos no es lo mismo que comerse un cuadrado, tiene un tercio más chocolate.
Disfrutar un
triángulo después de más de 20 años trae otras preguntas que no tienen
respuesta. ¿Son más chicos o cambió mi perspectiva?. Pero por $2 bien puede uno
compensar con un triángulo extra.
Nada como la
geometría hecha golosina. Un día de estos me como un hexágono.
Costo: $2 c/u
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ResponderEliminarNosotros compramos un montón a dos pesos tambien en Tristán Narvaja. Son del mismo tamaño y los hace un señor de 83 años como pasatiempo. Están geniales!!!
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