Me podría hacer
la que sabía lo que hacía. Me podría hacer la que me acuerdo que los comía
cuando era niña. Pero la verdad es que estaba angustiada mientras esperaba en la caja del
supermercado y manoteé lo primero que vi que parecía tener alto contenido de
azúcar. Y en la mano apareció la caja de Sugus confitados.
¡ ¿Sugus confitados? What the heck! pensé. Pero cuando llegué a casa y mordí el primero me
vinieron todos los recuerdos. Son aquellas cosas medio gomosas y pegajosas con
sabores indescriptibles que hace años que existen. Uno (o más bien yo, la
obsesiva compulsiva) tiende a separarlos por colores a ver si puede determinar
si son distintos y si puede determinar el sabor de cada color. Y en el experimento se come la caja
de 50 gr y no llega a ninguna conclusión.
Parece que los
amarillos son de limón, ¿no? Capaz que sí. Y los rojos son diferentes, pero no
sé a qué saben. Y los celestes son iguales a los rojos. Pero entonces …. O será
todo la imaginación. Y así se terminaron y uno termina con hiperglicemia e igual de confundido que siempre.
¿Nerviosa yo?
¡No! Es que acabo de investigar si los sugus confitados de distintos colores
son iguales.
De todas formas,
no les voy a mentir. Disfruté de comerme cada una de esas pildoritas pascuales
(más bien parecen huevitos de pascuas típicos dulces de semana de turismo hasta
por sus colores). Ahora me voy a tomar una Paso de los Toros para cortar con tanta dulzura.
Consumición: 1
caja 50 gr = $ 17
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